Redacción: Santiago Alza

Fotografía:@Uruguay

 

Contra todo y contra todos

El Estadio único de la Plata fue testigo de la victoria de Uruguay 1-0 sobre Italia en la final del mundial sub 20.

Marcelo Broli paró en cancha a Randall Rodríguez; Rodrigo Chagas, Sebastián Boselli, Facundo González, Alan Matturro; Fabricio Díaz, Damián García, Luciano Rodríguez (Santiago Homenchenko 95'), Franco "Cepillo" González, Juan Cruz de los Santos (Ignacio Sosa 91'); Anderson Duarte (Andrés Ferrari 62').

El DT italiano Carmine Nunziata dispuso del siguiente once: Sebastiano Desplanches; Ricardo Turicchia, Daniele Ghilardi, Gabriele Guarino, Samuel Giovane (Niccolò Pisilli 91'); Giacomo Faticanti (Mattia Zanotti 45'), Cesare Casadei, Matteo Prati, Tomasso Baldanzi (Luca Lipani 91'); Simone Pafundi (Francesco Esposito 56'), Giuseppe Ambrosino (Daniele Montevago 56').

Los primeros minutos tuvieron a un Uruguay más activo, teniendo el esférico y buscando atacar sobre todo por el costado derecho. A los 4' Matturro probó con un zapatazo desde fuera del área pero se fue lejos del pórtico.

Luciano Rodríguez -que volvía al equipo luego de dos partidos de sanción- gozó de un tiro libre que pasó cerca, mientras que Díaz probó con un gran remate que golpeó el lateral de la red. El hombre de Liverpool fue importante generando ocasiones desde la larga distancia.

La azurra jugó a presionar la salida celeste en tres cuartos a través de sus tres atacantes. Una mala salida del elenco uruguayo dejó a Pafundi al borde del área, quien remató pero la trayectoria fue bloqueada por la humanidad de Boselli.

Uruguay tuvo la ocasión más clara para abrir el marcador a los 22', con un cabezazo de Duarte luego de un tiro de esquina, pero que Desplanches desvío de forma increíble para evitar la caída de su valla.

Los de Broli jugaron mucho mejor que su rival pero no podían poner la estocada final a sus jugadas, ya fuese porque los disparos se iban desviados o porque el último pase era deficiente. Matturro volvía a destacar con sus proyecciones al ataque, mientras que Luciano Rodríguez era imparable y terminó por generar varias faltas.

El juego se cortó por un choque entre Duarte y el golero rival, pero afortunadamente no pasó a mayores. La primera parte cerró con un par de leves llegadas del elenco europeo, que en casi ningún momento se sintió cómodo en la cancha, producto de perder todas las pelotas divididas.

Para el complemento el técnico Nunziata reacomodó la táctica y la disposición de sus jugadores en la cancha. Sin embargo la tónica seguía siendo la misma. Aunque la azurra tenía una mayor posesión, Uruguay generaba más ocasiones. La más relevante fue una llegada de Chagas por el sector derecho, que obligó a la zaga italiana a mandarla al tiro de esquina.

Un nuevo impacto entre Duarte y Desplanches detuvo el cotejo. Tras la jugada el atacante de defensor fue sustituido por el también delantero violeta -Ferrari- que en su primera jugada tuvo una buena oportunidad de marcar gol.

La defensa de los europeos mejoró pero no dejaba de ser endeble. A los 72, una desconcentración de ambos zagueros dejó a Ferrari en una posición favorable, pero Ghilardi se recompuso. El elenco sudamericano apretaba a sus rivales pero mantenía el problema de no poder concretar.

A su vez, con el paso de los minutos y la frustración de no poder ponerse en ventaja, los de Broli comenzaron a sentir el cansancio. El mediapunta Baldanzi forzó la primera ocasión en muchos minutos a favor de los suyos.

Pero cuando parecía que Italia emparejaba el partido, Prati cambió de disciplina, pasando del fútbol al karate. Una patada a la altura de la rodilla de Luciano Rodríguez determinó que fuera expulsado por el árbitro sueco Glenn Nyberg. Sin embargo, inexplicablemente, de una manera muy polemica, su decisión fue cambiada luego de observar el Var.

La celeste se envalentonó, y en el 86', un corner desde la derecha derivó un rebotes varios, Matturro remató, impactó en la defensa, pero Luciano Rodríguez la mandó a guardar. El juez no dio el gol por válido enseguida, producto de una posible mano. La decisión fue eterna pero la diana subió al marcador, y de esa manera se le dio la revancha a un jugador que fue injustamente sancionado por la FIFA.

En los últimos compases del duelo Italia se volcó totalmente al ataque, mientras que Uruguay resistió, sacando muchas faltas en el proceso. Dio la sensación de que los europeos no debieron terminar el partido con 11 jugadores. El "Cepillo" gozó de una inmejorable chance para liquidarlo, pero pecó de individualidad.

Finalmente Nyberg pitó el cierre, para el delirio uruguayo. Nuestro país consiguió su primer mundial de la categoría, con un tinte dulce para ésta generación de gurises, dado que la conquista cobró una especie de revancha luego de ver cómo los mundiales de 1997, 2011 y 2013 se nos escapaban de las manos.